Hola a tod@s!

Hoy quería hablaros de las metas que nos marcamos en la vida. Ya sean metas personales, laborales o algún sueño que nos gustaría cumplir. Bien, ¿no os sucede que cuando estáis en la fase de imaginaros la meta y veros allí os sentís felices, pletóricos por haber conseguido ese hito en vuestra vida?, pero luego cuando pensáis en la manera de llevarlo a cabo os parece imposible alcanzarlo.

Las metas que te fijas en la vida son como las posturas cumbres en yoga. Todavía me acuerdo cuando veía alguna postura sobre la cabeza y veía imposible llegar a ella, como me costaba y me frustraba no poder, hasta que comprendí que era normal, que no podía hacer SIRSASANA si antes no había hecho todo el recorrido para llegar hasta ella, me enfoqué en trabajar mis brazos, abdomen, mi equilibrio y paciencia.

Secuencia los pasos a dar

No se puede llegar a la meta si no has recorrido el camino primero, lo mejor es ir recorriendo el camino paso a paso, disfrutarlo, sin obsesionarse por la meta, la meta está ahí y llegará, no hay que perderla de vista, pero no tiene que ser nuestra prioridad, nuestra prioridad tiene que ser secuenciar los pasos a seguir para llegar a la meta, tiene que ser crear constancia cada día en recorrer el paso que nos toca, tiene que ser crear persistencia si un día nos tropezamos y de repente ves la meta muy lejos, inaccesible para ti, error, ahí es donde está el error, la meta sigue en el mismo lugar, de echo está más cerca de lo que crees porque ya llevas recorrido camino.

No se puede llegar a la meta si no has recorrido el camino primero

Malos días los tenemos todos, cansancio, impotencia, pereza, inseguridad, esos son los obstáculos que te pone la vida para que aprendas que aunque te caigas te puedes levantar, que aunque te duela se pasa, que aunque creas que no puedes, puedes, y cuando has aprendido esas valiosas lecciones, te levantas y continuas tú camino, sin prisas, sin miedo, con seguridad. Entonces sin darte cuenta llegas a la meta y cuando te ves en ella, sonríes, te alegras, te emocionas porque has llegado, porque algo que te parecía inalcanzable lo has logrado y esa emoción, esa sensación queridos míos es de las mejores que te puede invadir.

Muchos alumnos antes de empezar a practicar yoga me suelen decir que son muy nerviosos y que por eso creen que el yoga no sea para ellos. Yo les suelo comentar que a mí me pasaba lo mismo antes de comenzar a practicar yoga y siempre les ánimo a que prueben una clase y luego decidan, y he de decir que la mayoría continúan.

El yoga tiene algo que engancha, después de una clase sueles sentirte en calma, equilibrio, más flexible y fuerte, más seguro y paciente. Desde luego los ingredientes perfectos para ir en pos de tus metas.

Y vosotros, ¿soléis alcanzar las metas que os marcáis?

“La disciplina es el puente entre las metas y los logros”

by Jim Rohn